¿Un deporte para todos?

El rugby siempre había sido un deporte para todos; los gordos bajitos jugaban en la primera línea, los muy altos en la segunda, la tercera línea se componía de tipos atléticos y fuertes. El medio melée era ese jugador pequeño con mucho carácter que dirigía al paquete de delanteros. El resto de los 3/4s eran tipos normales pero rápidos, el apertura pateaba, los centros tenían que ser fuertes, pero no excesivamente; para estos era más importante tener el cerebro y las manos rápidas que pesar 100 kilos. Un buen 15 tenía que ser capaz de coger un balón del cielo con una manada de contrarios delante. Valiente, sí, pero no necesariamente grande. Los alas se caracterizaban por ser pequeños, y por supuesto, rápidos. En fin, cualquiera podía jugar a este deporte: Los grandes como delanteros y los pequeños como 3/4s, partiendo de la base de que este es un deporte de caballeros por supuesto…

Hubo quizás un jugador en particular que convirtió este deporte para todos en un deporte para gigantes. El comentarista Bill McClaren, “La Voz del Rugby” dijo que placar a este jugador era semejante a placar a una mesa de billar (frase que da título a este blog). Sí…. estoy hablando del gran Jonah Lomu (1,96m y 125 kg), no sólo una mesa de billar, sino una mesa de billar que corría los 100 metros en 10,8. No quiero decir que el cambio en la fisionomía del jugador de rugby haya sido culpa exclusivamente del gran ala All Black. Ha habido grandes a lo largo de la historia que han jugado en los 3/4s como el Springbok Danie Gerber de los años 80, que pocos vieron jugar durante los años del Apartheid. Pero con la irrupción de Lomu en el deporte (sobre todo en el mundial del 1995) tuvimos prueba suficiente de la verdad del refrán inglés: A good big ‘un is better than a good little ‘un (Un buen jugador grande es mejor que un buen jugador pequeño).

Si comparamos a Gerber (que jugaba de centro y fue considerado en esa época bastante grande) – Altura: 1,85m   Peso: 88kg – con un centro Springbok de hoy, Jean de Villiers – Altura: 1,90m   Peso: 103kg – no hay lugar a dudas del cambio que ha pegado el rugby en los últimos treinta años. Más si tenemos en cuenta el hecho de que de Villiers no es especialmente grande en lo que se refiere a un centro hoy en día. El inglés/samoano Tuilagi (112kg) ó el monstruo francés Basteraud (120kg) son ejemplos de lo que puede pesar un centro en el siglo 21.

En el mundial de rugby del 1995 quizás el mejor partido de Lomu fue en la semi-final contra Inglaterra. Quedará para siempre en la retina la imagen de Lomu arroyando a toda la línea de 3/4s inglesa. Los ingleses jugaron con una línea de 3/4s que les había dado muchos éxitos: Rob Andrews de apertura, Carling y el “príncipe de centros” Jeremy Guscott como centros, y los hermanos Rory y Tony Underwood de alas con un sudafricano, Mike Catt, jugando de zaguero. Fueron estos dos últimos los que padecieron especialmente ese día. El pequeño de los Underwood cometió el craso error de guiñar un ojo a Lomu cuando este terminó de hacer la haka antes del partido, lo que por lo visto sirvió para animar al 11 All Black, en caso de que le faltara algo de ánimo. Para marcar uno de sus cuatro ensayos, primero Lomu quitó a Underwood de en medio con una mano y luego, ignoró por completo el intento de placaje de Carling. Para terminar la jugada narrada por el comentarista Nuevo Zelandés, Keith Quinn, quien sólo pudo exclamar, “Lomu, aahh, aaahh”, el gigante All Black pasó literalmente por encima de Catt que nada pudo hacer por detener al ala Neozelandés.

Hacemos otra comparación entre la línea de 3/4s de Inglaterra en el mundial del 1995 y el de ocho años después.

1995

Tony Underwood   1,79m    85kg

Jeremy Guscott   1,85m    84kg

Will Carling    1,80m    90kg

2003

Ben Cohen   1,88m    103kg

Will Greenwood   1,93m   100kg

Mike Tindall   1,85m   100kg

¿Podría Lomu haber hecho con Mike Tindall y Ben Cohen lo que hizo con Will Carling y Tony Underwood? Yo creo que no, aunque no sé si hubieran podido evitar todos los ensayos de ese día. También es cierto que he hecho trampa al no incluir al gran Jason Robinson en la comparación. Robinson, que jugaba de ala ó de zaguero era y es, muy pequeño pero tenía una velocidad y un quiebro impresionante. Lo que sí sé, es que esa tendencia a tener una línea de 3/4s que en muchos casos pesan igual ó más que los delanteros es desde ese mundial una tendencia al alza. ¿Podría Lomu con los grandullones North (1,94m y 109kg) y Cuthbert (1,98m y 108kg) que juegan hoy de alas en el equipo galés? Desde luego lo tendría mucho más difícil. De los equipos de las seis naciones del 2013 quizás Irlanda es el único que ha seguido con centros y alas pequeños – Craig Gilroy de Ulster, 1,80m y 89kg, y Simon Zebo de Munster, 1,80m y 85kg, son dos pequeños alas que dan la talla en el rugby internacional. Y por supuesto, habría que mencionar al gran Brian O’Driscoll quien mide 1,78m y pesa 93kg; hoy en día una especie de dinosaurio, y un dinosaurio a quien le queda sólo una temporada más al máximo nivel.

¿Y en España qué? ¿Cómo van las tallas de las camisetas de los 3/4s? Al abrir la página web de la federación encontramos a los siguientes jugadores, todos centros:

Jaime Nava   1,91m    108kg

Matías Tudela   1,87m    98kg

Carlos Blanco   1,71 m    83kg

Los dos primeros son centros grandes, Nava muy grande, incluso comparado con Tuilagi. Carlos Blanco sería un centro muy pequeño comparado con los jugadores de las seis naciones, pero es una muestra de que no tienes que pesar 100 kilos si quieres llegar a la selección española.

¿Y qué nos dice todo esto, a los padres de los niños que están jugando el rugby en España sobre el tamaño de los jugadores de hoy en día? Pues visto lo visto este año en las finales de la categoría Alevín (sub-14) de la Federación Madrileña, parece ser que hay equipos que han emulado a los equipos mayores. Uno de los ellos tenía jugando de centro a un niño muy grande que hasta ese momento había figurado como segunda línea en todas las categorías inferiores. Incluso fue clave en la victoria de su equipo porque enfrente tenía centros de tamaños más “normales” que tenían muy difícil placar a este pequeño Lomu en carrera.

Si el modelo del pequeño Lomu va a ser el referente y tu hijo quiere jugar este deporte a alto nivel en el futuro, tendrá que pegar un buen estirón y por supuesto tendrá que comenzar a hacer pesas, y mucho. ¿A qué edad tendría ese niño que iniciarse en esto de las pesas? Una pregunta difícil de contestar; hay muchos clubes en España que no permiten a los niños coger las pesas antes de los 18 años, pero por el físico de los jugadores que se ve en algunos equipos de categorías inferiores en Madrid, queda claro que más de un niño ha empezado antes en el gimnasio. En Irlanda ya es normal en los colegios de Leinster que los niños tengan programas de pesas desde los 15 años, y aún así los chavales Irlandeses que jugaron la final del Europeo sub-18 en Madrid en el 2012 no tenían el mismo físico que sus oponentes ingleses, cuyos músculos creó una mezcla de fascinación e incluso estupor entre los espectadores (se escuchó a más de una madre española decir que si su hijo tenía que llegar a tener semejante físico para jugar al rugby, mejor dejarlo ya). Este columnista no está seguro tampoco de querer que su hijo empiece a ir al gimnasio a una temprana edad para convertirse en una masa de músculos. Quizás como la mayoría de los padres preferiría que su hijo jugara en un equipo de rugby donde tienen cabida los grandes y pequeños, altos y bajos, flacos y gordos, e incluso dinosaurios. Dinosaurios capaces de hacer cosas como éstas: